lunes, 22 de febrero de 2010

Optimismo y Disciplina

Cada mañana, cuando mi despertador suena a las intempestivas 6:10 am, procuro hacer un ejercicio consciente de agradecimiento. Intento evitar la patética costumbre de compadecerme a mi mismo por una existencia que, a esas horas, no me suele resultar otra cosa más que miserable. Trato de pensar en lo afortunado que soy por tener junto a mi una mujer maravillosa, un trabajo estable (que con la que está cayendo...), vivir en una casa estupenda, etc. Incluso si no tuviese nada de eso, pienso que seguiría siendo un afortunado por tener dos piernas, dos brazos, dos ojos y una buena salud. Pensándolo friamente, me avergüenzo cuando me descubro a mi mismo quejándome. Y sin embargo, en estos días hay algo que me tiene profundamente amargado y es este puto invierno, con perdón.

En estos meses, en los que mi web más visitada es la de la Aemet (Agencia Española de Meteorología), disfruto mortificándome cada día con la previsión semanal. En el apartado de estadísticas he descubierto además que Diciembre y Enero han sido el doble de lluviosos que el año pasado. O sea, que no es una impresión mía. Es que no para de llover ¡Joder! Hablando con otros triatletas veo que el sentimiento generalizado es de bajón, con tendencia a depresión, acompañado de hastío. El invierno ya aburre. Para más INRI, algunos compañeros del A6 que se iban de stage a Lanzarote tuvieron que volverse a Madrid porque el temporal de viento y lluvia en Canarias les impidió aterrizar en Guacimeta. El caso es que, entre pitos y flautas, vientos, lluvias, nieves, olas de frío polar y demás inclemencias, los rodillos y las PT300 echan humo y desde hace tres meses no hay día que no vuelva de correr con estas pintas.




Yo soy un tipo gruñon por naturaleza. Mi rango de reacciones ante algo que me disgusta suele variar entre el me-enfado-y-no-respiro, me-enfado-y-no-juego y me-enfado-y-la-cago-por-angustias. El otro dia, después de leer en el blog de Jaime un post que viene al caso, mientras me arrastraba de charco en charco bajo una lluvia helada, procuraba no maldecirle demasiado por animarme a salir con ese tiempo y pensar en cualquier cosa que no fuese el frio que sentía. Acabé pensando en el optimismo y en la suerte que tienen las personas que son de naturaleza optimista. Y me di cuenta de que ese punto de vista era precisamente el que me estaba causando el problema.

Si piensas que el optimista nace, entonces no hay mucho que puedas hacer para llegar a serlo. Lo eres o no lo eres. Punto. O puedes pensar que el optimista se hace, y entonces la cosa cambia. Ser optimista puede ser un don, pero yo creo que la mayoría de las veces es una elección. No me creo que nadie en su sano juicio que lleve tres meses sin ver el Sol y congelado cada vez que sale a entrenar tenga un estado de ánimo positivo de forma natural y espontanea. Hay que currarselo. Igual que un músico toca bien un instrumento porque, independientemente de la facilidad que tenga para ello, practica horas y horas cada día, el optimismo es una capacidad que hay que ejercitar.


Se dice que para hacer triatlón hay que tener una enorme fuerza de voluntad y una gran disciplina. Los triatletas nos gustamos (reconozcamos que somos un poco narcisos) cuando identificamos estas cualidades en nosotros mismos. Si hay que salir a correr salimos. Maldecimos y juramos, pero salimos. Y sin embargo, hay ciertos aspectos para los que no somos tan disciplinados ¿Qué pasa con el reposo? ¿La alimentación? ¿Qué pasa con las lesiones que no dejamos que curen correctamente? ¿O con los días que no toca entrenar y aún así salimos a "trotar" o dar una "vueltita en bici"? ¿Y que pasa con nuestra actitud mental? ¿Cuanto tiempo le dedicamos a entrenar esa faceta?

De repente me doy cuenta de la cantidad de esfuerzo, dinero y tiempo que invertimos en ciertos aspectos del entrenamiento y lo descuidados que tenemos otros. Seguramente las zapatillas nuevas que compré hace unas semanas no me hagan mejorar más de 10 segundos en una medía maratón y, sin embargo,
invertir un poco más de tiempo en desarrollar el hábito de tener una actitud más optimista ante lo que me rodea tenga un impacto mucho mayor en mi rendimiento, o por lo menos en mi forma de entrenar.




Así que me he hecho el firme propósito de dedicar un poco más de tiempo de buena calidad a trabajar este aspecto. Ya os contaré. Intentaré encontrar, como decía Bryan, the bright side of life en cada cosa que me suceda. Y, para empezar, los pantanos están llenos y tenemos agua para parar un tren ¿Eh? ¿Que os parece?

lunes, 15 de febrero de 2010

Airvolution

Hace ya unas semanas que tengo la nueva corderita y, aunque el invierno sigue sin darnos mucha tregua, ya he podido hacer un par de salidas con ella con muy buenas sensaciones. Bueno, salvo el día que hicimos Majadahonda - Soto - Majadahonda, 105 Km a 33 Km/h de media, en el que la sensación era que me iba a morir, sobretodo en los repechos de la via de servicio de la A6.

El cambio de talla se nota especialmente en las medidas verticales, ya que el tubo horizontal no tiene mucho cambio respecto a la talla superior y jugando con la posición del sillín y la longitud de la potencia se tiene bastante margen de maniobra. Sin embargo, ahora llevo más tija de sillín fuera, lo que unido a la pipa mas corta del cuadro, me permite ir más bajo que antes. Además, me quedan dos anillas espaciadoras en el tubo de dirección, asi que aun puedo bajar unos 2 cm más. De momento lo he dejado así para ir acostumbrándome y ya lo bajaré cuando me haya salido callo en salva sea la parte.

Y hablando de eso, después de probar varios sillines, al final parece que el mejor (o menos doloroso) es el Specialized TriTip Gel SL con punta de 50 mm. No era yo muy amigo de lo de ir sentado en la punta del sillín mientras vas acoplado, pero he de reconocer que noto una gran diferencia en el pedaleo cuando lo hago (ya me lo decía Kayto), asi que me estoy curtiendo en esta nueva posición.

Os pongo aquí la foto de la comparativa P2C talla 54 vs. P3C talla 51. Creo que, aun a falta de hacer un 'fine tunning' definitivo, la mejora es significativa. Me dio miedo de lanzarme a la piscina, pero estoy contento con la decisión.